Agroecología, bastión de la rebeldía, entre el desconcierto y la apatía
Agroecología es uno de los departamentos más jóvenes de la UACh, es el departamento de cuyas generaciones han egresado personas como Erick Bautista y Wilfrido Hernández (preso político y ex-preso político del MOCRI-CNPA-MN en Chiapas, respectivamente), así como otros estudiantes que ahora militan en diferentes organizaciones sociales o trabajan en diferentes proyectos en estrecho contacto con comunidades rurales y pequeños productores. Aunque no faltan también algunos lacras como Rodrigo Rucoba García (ex-secretario general del CEE 2000-2001), Ameyali Hernández (actualmente profesora de la Preparatoria) y Felipe Reyes Fuentes.
Agroecología ha sobresalido desde su fundación por la participación estudiantil en el ámbito político, generalmente dentro de las filas de la izquierda de mayor consecuencia política. La agroecología, como disciplina que se encarga del estudio integral de los agroecosistemas, forma parte de los nuevos recursos y herramientas del conocimiento para la solución de los problemas mas graves del campo y el ambiente, con todo y la sociedad incluida, dentro de ese nuevo “paradigma agronómico” al que se enfrenta nuestra civilización.
La formación del estudiante agroecólogo es, sino de las más completas, de las más integrales y con mayor enfoque social, lo que genera en el estudiante (no en todos, obviamente) mayor conciencia de los acontecimientos sociales, económicos y políticos del medio rural y de la UACh. Es un departamento plural e incluyente donde conviven los niños Green Peace, los fanáticos de lo orgánico, los frezapatistas, los rockeros, los botudos, los adordores de Tezcatlipoca, las niñas bien, los pandrosos y folclóricos, además de uno que otro vaquero, entre otras expresiones de “diversidad cultural”, todos en un ambiente relativamente cordial y sin discriminación (y cuando digo relativamente me refiero a que no todo es miel sobre hojuelas).
Por todo eso, este departamento y sus estudiantes se han caracterizado históricamente por su “combatividad” en el ámbito político, por ejemplo en el pasado “Otoño Rojo” (el conflicto de septiembre que duró 38 días) la participación de los estudiantes de Agroecología fue notable en el resguardo del edificio estudiantil, asambleas, reuniones y movilizaciones, además de que Agroecología -junto con el CRUO- fue de las únicas unidades académicas donde ganó la “Propuesta CEE” en el plebiscito del 6 de octubre. Fue el único departamento donde se discutieron abiertamente, y en una asamblea, las propuestas y la situación del conflicto estudiantil que Aureliano Peña del Ocho provocó por su ya muy mencionada miopía política.
Pero, se preguntará el lector justiciero, ¿A qué viene todo este choro sobre los agroecólogos? Bueno, pues viene a manera de introducción ante la próxima elección de director de departamento de Agroecología (el 4 de mayo) que como indica el título de este artículo, se encuentra sumido en la apatía y el desconcierto…
¿EL MENOS PEOR? ¿ACASO LO HAY?
Son dos los candidatos que se enfrentan en esta contienda, por un lado Pedro Ponce Javana -abanderado del CIIDRI de Manuel Gómez Cruz- y, por el otro, Jorge Duch Gary -abanderado de la administración actual, que encabeza Alejandro Hernández Tapia-.
¿Quién está detrás de cada uno de ellos? Como ya lo mencione, detrás de Pedro Ponce Javana está toda la gente (los “investigadores”) del CIIDRI, que en este momento están totalmente concentrados en intentar ganar la dirección de Agroecología debido a que, como apoyaron a Alejandro Sánchez Verdes en la elección de rector y este no ganó (por tercera vez consecutiva ja ja ja ja ja) ahora el proyecto mismo del CIIDRI está pendiendo de un hilo y está amenazado de quedarse sin presupuesto. Como todos ya sabíamos desde hace tiempo, el CIIDRI no es visto con buenos ojos por la gente del clan de Peña-Reyes-Villaseñor.
La afrenta de Gómez Cruz (de quien ya hemos hablado) y Rita Schwentesius (una ex-espía de la Stasi, la policía secreta de Alemania Oriental) al apoyar a Sánchez Vélez abiertamente y sin reparo, les está costando muy caro a este par de “investigadores reconocidos” y a su séquito de acompañantes, entre ellos el mismo Pedro Ponce. El CIIDRI se está quedando sin dinero y sin apoyo institucional para sus proyectos. Cabe mencionar que buena parte de sus proyectos son iguales a las reconocidísimas investigaciones que realiza Alejandro “El Pirata” Vélez, son puro Copy-Paste de trabajos ya existentes, revisiones bibliográficas y pirateo de trabajos de alumnos. ¡Chécate lector justiciero! Y esa es la “investigación de calidad” que promueven y que tiene tanto reconocimiento oficial, obviamente, Peña-Reyes-Villaseñor y los suyos no se quedan atrás, puro investigador refritero, pero eso si, cobrando su sobre-sueldo del SNI, estímulos al desempeño, etc.
Ante la falta de dinero para sus proyectos, su única esperanza es poder ganar la elección en Agroecología para desde ahí financiar todo lo que seguramente dejará de ser financiado en próximas fechas, osea que quieren cambiar de casa, pero no de oficio. Pedro Ponce Javana es sólo una pieza de ajedrez en el eterno pique entre el grupo Reyista, por un lado, y Gómez Cruz y Rita Schwentesius, por el otro. Pedro Ponce Javana no representaría ningún cambio para los agroecólogos, salvo el que cambiaría el grupo político en el poder y reemplazaría a los eternos subdirectores por otros de su grupo.
Por el otro lado tenemos a Jorge Duch Gary, quien ha ocupado tantos puestos en la universidad como puede ser posible y en todas las administraciones donde se ha podido colocar. Incluso fue candidato a rector en 1998 y fue de los que menos votos tuvieron, le ganó José Reyes Sánchez “El Doctor Dolittle”. Duch ha deambulado de centro regional en centro regional y de puesto en puesto por lo menos los últimos 20 años, es el típico profesor-funcionario chapinguero acostumbrado a vivir del bono y a brindar asesoría a productores a nombre de la UACH, pero cobrando nada más para él.
Duch Gary y su inseparable Langen Corlay pertenecen al grupo político que actualmente se encuentra en la administración del departamento, el grupo de Alejandro Hernández Tapia, Juan Antonio Cruz Rodríguez “El Balú” y Jorge Ocampo Ledezma (el súper luchador social de izquierda, líder de la Familia Sindical del STAUACh y que anduvo apoyando a Villaseñor, ja ja ja ¡hipócrita y vendido!). Este grupito de profesores llevan los últimos seis años en la administración de Agroecología manejando el departamento a su antojo y conveniencia. Juan Antonio Cruz “El Balú”, al igual que Duch Gary, lleva viviendo del bono de funcionario los últimos 15 años que se la ha pasado deambulando de puesto en puesto, casi desde la fundación de Agroecología (siempre de Subdirector de algo, ya también fue director y varias veces consejero, entre otros cargos).
Duch Gary representa la continuidad del grupo Tapia-Balú-Ocampo al frente de Agroecología, escudados en una fraseología de “izquierda” y de “sustentabilidad” han hecho y deshecho el departamento a su antojo, tantos años en el poder han hecho que este grupito se vuelva prepotente y engreído, los ha hecho creer que Agroecología es su feudo exclusivo y que sólo ellos mandan en ese pequeño departamento, como en recientes fechas se ha constatado con las constantes afrentas entre la generación de sexto y la administración, debido a la cerrazón de esta última.
La democracia y participación política, la toma de desiciones via asamblea (donde toda la comunidad del departamento participaba) que había caracterizado a los agroecólogos en otras generaciones está empezando a ser reemplazada poco a poco por la apatía y el burocratismo, en esta elección y en la vida cotidiana del departamento. En el bastión histórico de la rebeldía estudiantil, reina la apatía y el desconcierto, no hay muchas opciones para votar y las únicas opciones que hay, están verdaderamente jodidas, jodidísimas.
¿Cuál es la solución este 4 de mayo? ¿No votar y apostar a que el quórum no se junte para anular la elección? ¿Duch Gary o Ponce Javana? ¿Dejar que el proceso pase y conformarse con el director que quede? ¿Apostar a anular la elección por falta de quórum para, en un proceso posterior, esperar mejores candidatos? ¿Aceptar al director que quede y presionarlo para que resuelva verdaderamente la problemática del departamento? La solución está en manos de la comunidad agroecóloga, una comunidad que se ha caracterizado por ir en contra de la corriente y por ser una comunidad crítica, dentro de este inmenso mar de mediocridad y valemadrismo en que se ha estado convirtiendo la UACh. Ojalá que los agroecólogos no decidan sumarse al resto de estudiantes apáticos y desinformados que, últimamente, son mayoría en nuestra universidad…
¡A recuperar Agroecología y devolverle su carácter crítico y participativo! ¡A fortalecer el bastión de la rebeldía estudiantil!
Esa debe ser la consigna de los agroecólogos y, por qué no, de todos los estudiantes en su respectivo departamento.
p.d. Favor de difundir este correo entre todos sus contactos agroecólogos.
p.d. 2 Los barralistas andan juntando firmas para solicitar un plebiscito a la elección de rector, parece que van a paso tortuga pero espero puedan hacer algo antes de que Villaseñor tome protesta. Se ha satanizado al extremo la toma de la escuela, pero así como están las cosas y el Consejo pasándose por los huevos cuantas firmas se le entreguen, yo no veo otra opción, aun con todos sus riesgos.
p.d 3 Ya arrancaron las campañas para el CEE 2011-2012, se registraron 3 planillas y se llaman UNIÓN, SURCO y MED, son la planilla de Villaseñor-Reyes, la planilla de Soto-Perea y la planilla de la izquierda estudiantil que ha podido reagruparse después del Otoño Rojo. Próximamente hablaré sobre ese proceso electoral que, aunque no parece, está poniendo muchas cosas en juego.
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